Un buen lector del libro de
Urantia se precia de ser por lo general una persona analítica, unos más que
otros pero es algo inherente al libro por su alto contenido, yo soy lector de
Urantia desde el 2004 y desde que empecé a leer no he parado, a pesar de llevar
tantos años leyéndolo he aprendido poco y me falta mucho por leerle, confieso
que he sido un desordenado absoluto a la hora de leer este maravilloso libro que
ha sido para mí todo un regalo de los dioses. Durante estos años que corrieron
entre lecturas siempre he considerado el Libro de Urantia una maravilla de la
literatura espiritual, teológica e intelectual, y más aún lo considero incluso
esencial para el ser humano, opinión muy mía que no pretende ser radical o
exagerada. Me he dado cuenta que esa misma esencialidad de la que goza el libro
de Urantia es la que quizás ha provocado que muchos de sus lectores se cierren
a leer exclusivamente dicho libro y se vuelvan reacios a leer otro tipo de textos
sin importa que género, no soy un hombre de recurrencias siendo incluso Urantia
mi libro de cabecera, pero ha sido quien ha sembrado en mi la semilla de la
diversidad equilibrada. Yo podría leer cualquier libro del mundo (si me llamara
la atención, de echo pasa) y sé que de alguna forma me nutriría de él, no
importa cuál sea el tabú o cuan nociva podría ser dicha obra, si tus
fundamentos espirituales tienen bases de acero puro entonces no hay razón para
que tu ser interior se tambalee, solo debes dejar los miedos aun lado y
lanzarse al conocimiento general, si lees y te informas sobre un tema en el que
no estás de acuerdo luego podrás discutirlo con mayor firmeza con otras
personas que debatan tus puntos de vista, no podrás debatir jamás un tema que
desconoces, así que contrario a lo que se dice yo pienso que todos los libros
son un tesoro.
Por cuenta propia he aprendido
que la primera ley natural universal es el equilibrio, por esa misma diversidad
intrínseca impresa en cada rincón de este universo que habitamos, este es un
concepto propio muy mío al que he llegado leyendo, piensa en algo de este
nuestro mundo y conseguirás diversidad en absolutamente todos sus niveles. Creo
firmemente que Dios es un enemigo acérrimo de la uniformidad (suponiendo que
Dios tiene la capacidad de sentirse enemigo de algo, siendo él solo amor)
porque de ser así muchas cosas serían iguales en nuestro cosmos, piénsenlo
bien, diversidad animal, diversidad vegetal, diversidad de ambientes, diversidad
cósmica, no hay dos planetas iguales, o dos sistemas iguales, por eso sería una
de las primeras leyes universales después del amor claro está, ni siquiera es
necesario llenarse de algoritmos para calcularlo. La diversidad está impresa en
nuestro ADN, está impresa en el átomo, dicho esto se podría decir que cerrarse
a ella sería contra natura, espero que eso no suene a dogma, en mi opinión es
un postulado obvio.
A veces pienso que quizás esa
actitud dependiente que ostentamos es la que nos lleva a cerrarnos en una sola
cosa, una sola creencia o una sola lectura, yo comparto mi certeza de un Dios
único y jamás pondré eso en duda pero estoy seguro que jamás cerrare mi mente a
Bradbury, a García Márquez, a Neruda, a Benedetti, a Galeano y un sinfín de
autores que han regalado al mundo su magnas obras, ahí debo incluir incluso los
libros de temas negativos ya que informarse de dichas materias como ya dije nos
hace tener el conocimiento y el argumento para poder debatirlos. Eso sería para
mí un muy grave error, error que jamás cometeré, afirmo esto sabiendo que a
veces los años y la experiencia nos hacen cambiar de opinión, yo espero que
este no sea el caso. Jamás interrumpiré mi lectura del Libro de Urantia,
probablemente lo lea hasta el fin de mis días, pero jamás cerrare mi mente a la
literatura mundial, en ella hay tanto que si es pecado entonces conscientemente
pecare, siendo el dogma una trampa para el hombre no pienso caer en esa trampa
halando yo mismo la palanca.
Miguel Angel Carrera Farias. Venezuela.
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