viernes, 18 de agosto de 2017

Del Rencor a la Sabiduría


La forma de ver las cosas por el ojo humano es muy variada cuando de experiencias se trata, no es fácil lidiar con todo esto, por lo general culpamos a Dios por las miserias del mundo cuando hemos sido nosotros mismos quienes lo hemos llenado de iniquidad y odio, no es mentira, basta mirar las noticias en la tele un rato para ver un poco como esta todo. La característica negativa más común y notoria en el ser humano probablemente sea el rencor, ese óbice negro que se ancla ahí en nuestro espíritu como una anemona ponzoñosa negándose a soltarnos, deshacerse de ese veneno resulta para muchos algo titánico de lograr la mayoría de las veces por negarse a abrir su corazón, no es nada fácil limpiar el corazón de la mugre al que solemos exponerlo casi a diario usando como excusa la misma razón de que el mundo es así.
¿Alguna vez han escuchado en una conversación cotidiana con alguna amistad, como esta sufrió un percance amoroso o amistoso y le fue sumamente mal?  De seguro que sí, nos pasa a todos, nadie se salva de eso, quizás ¿un amig@ cuya pareja le hizo una mala jugada, o un amigo quien lo traiciono estafándolo o pagándole con una mala moneda el que le brindara su amistad sincera y desinteresada?, son clásicos, jamás faltara alguien de tus amistades o familiares que sufran eso y quieran contarte. La cuestión es que al final siempre se sueltan la frase que más suelo escuchar, “Por eso uno se vuelve un desgraciado con los demás, de ahora en adelante seré malo y desgraciado con la gente” o “con los hombres hay que ser unos perros, no creeré más en ellos” o viceversa ya sea si es hombre o mujer, también está el “Mi amigo me traiciono, fui bueno con él, lo ayude y al final me dio una puñalada por la espalda”, es típico, lo he escuchado muchísimas veces, siempre que escucho esto me hace pensar.
Hace poco conversando con una amiga me contaba exactamente lo mismo, muy enamorada de su novio, sobre como era feliz viviendo su amor idílico ideal y como todo iba de maravilla hasta que lo descubrió engañándola, lógicamente todas estas situaciones son sumamente dolorosas, nadie quiere ser traicionado o engañado o cortado, pero mucho más mala fue la afirmación final, decidida y aparentemente tajante que tomo diciendo “No volveré a creer en los hombres, no seré más la dulce estúpida, de ahora en adelante seré una Coño d$%”&]! con los hombres”, por supuesto era algo que indudablemente me esperaba así que decidí por primera vez opinar sobre tal caso y hablar con ella explicándole mi punto de vista, entonces le dije: “¿En serio? Entonces no has entendido nada, no has aprendido nada, tantas lágrimas, tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta lucha para nada, simplemente sufriste por nada, perdiste el tiempo” lógicamente ella me pregunto algo sorprendida por qué, y le explique: “La providencia ha puesto esta tremenda experiencia de vida delante de ti, en la que sufriste y lloraste para que sacaras provecho de ella, los problemas no importa de qué índole están dirigidas a hacernos cada día más sabios, por eso le dicen experiencia, son enseñanzas de vida, están para que las aceptemos con verdadera humildad, con amor, para que aprendamos de ella y cada día ser mejores personas, escúchame bien, mejores personas, no peores.
En cambio tú has decidido echar todo a la basura y portarte con una niña de 6 años que se molesta porque su mama no le llevo al parque, diciendo que de ahora en adelante serás peor persona que antes llenándote de rencor contra los demás incluyendo personas que aún no conoces ya que hablas de futuros hombres creo yo, entonces no entiendo dónde está tu aprendizaje, entonces no entiendo cuál fue la finalidad de vivir todo eso, ¿de qué te sirve sufrir si no saldrás fortalecida de todo ello? ¿Qué aprendiste? ¿Cuál es tu fin entonces? ¿Quieres ser adulta? Entonces asume tu adultez y afronta los problemas con madurez, no como una niña de 6 años molestándote y pataleando. Toma decisiones sanas, equilibradas que estén dirigidas a algo positivo, entrégate al amor, confía en dios, se mejor persona y no caigas en el error de llenarte de rencor contra el mundo solo porque sufriste un desengaño, no le eches la culpa a los demás por no saber ver en tu interior el tamaño de la experiencia que tuviste y la forma en que debes afrontarlo, o sigue perdiendo el tiempo, no saques provecho a la experiencia y se peor persona cada día condenándote a repetir los mismos errores siempre, tu escoges”. Luego que le dije todo esto me miro y se quedó pensativa, debo decir que afortunadamente no se lo tomo a mal y aunque luego dijo poco, algo dubitativo, en su expresión vi que lo que le dije al menos la hizo pensar un poco, me alivio la posibilidad de que así podría haber sido.
No solo pasa en el amor, pasa en todos los aspectos de la vida, ese tipo de malas experiencias están dirigidas a eso, hacernos más prudentes o sabios cada día, siempre, pero por lo general nos dejamos llevar por la rabia inmadura de lloriquear por no conseguir que las cosas pasen en la forma en que nosotros queríamos o esperábamos. El mundo siempre será una apuesta, una lotería, unas veces reiremos y otras lloraremos, es así que poco a poco las buenas y malas experiencias van formando fuerza de carácter y valores en nosotros, y mientras unos le echan la culpa a Dios o a los demás, otros preferimos verlo desde el punto de vista más analítico y pensar el porqué de las cosas un poco más en profundidad, por ejemplo ¿que hicimos o dejamos de hacer para que todo terminara mal? recordemos que la contemplación profunda trae consigo la compresión y mientras más compresión de las cosas que nos pasan y nos rodean acogeremos con mejor actitud todo, entonces ¿Por qué llenarnos de rencor?  Sé que este comportamiento es muy común como ya dije pero que necesario es analizarlo y enmendar si piensa usted que debe hacerlo para madurar mucho más y ser más felices de alguna u otra forma. Debemos eso sí, en el futuro, estar más alertas y ser más cuidadosos, entendiendo dentro de todo esto que es válido siempre el “error y acierto” como piedra angular del aprendizaje. Siempre sonriamos con inmejorable espíritu de lucha, buen corazón, altruismo, siempre dispuestos a ayudar, no dejarnos llenar de la basura que otros nos echan, ahí está, repito, problema a problema, ser mejores personas.

Miguel Ángel Carrera Farías.  Venezuela.


Copyrighted.com Registered & Protected 
X19V-VD8X-EAXI-2VSJ

No hay comentarios:

Publicar un comentario